
Cuando alguien me dice "soy creyente" no se si reírme en su cara o darle un par de bofetadas y responderle "ea, ea, ya pasó". Porque esa persona al afirmar ser creyente afirma también que es un ignorante y un crédulo. Imaginen que van por la calle y alguien les dice que cree que en su garaje se oculta un dragón invisible que expulsa fuego que no produce calor. Lo más lógico es que le demos la razón mientras como quien no quiere la cosa llamamos a un loquero o algo semejante. Entonces, si alguien viene y nos dice que cree que existe un ser todopoderoso, que no tiene principio ni fin (¡toma concepto de infinito!), que creó el universo ¡en siete días! y que puede hacer cosas como separar las aguas del mar, destruir ejércitos, anegar el mundo con una lluvia del copón, y muchas otras cosas así, ¿por qué no nos reímos de él mientras llamamos al psiquiátrico más cercano? Está afirmando cosas sin lógica ni sentido y encima pretende que respetemos su creencia. Macho, no hay que respetarte; hay que meterte en una celda acolchada.
La diferencia entre Dios y el dragón azul de mi garaje es el tiempo. El tiempo que han tenido las diversas religiones para lavar el cerebro a personas que podrían haber sido muy inteligentes y con un gran carácter crítico. Los miro ahora y siento lástima por ellos. Me da pena ver cómo se han echado a perder y cómo el ser humano puede llegar a ser tan crédulo y estúpido. Como borregos. Y oye, mientras se guardaran sus creencias, no pasaría nada. Yo no voy exigiendo al resto del mundo que respeten el hecho de que crea en la existencia de un dragón azul invisible. ¿Por qué lo exigen ellos? ¿Por qué exigen poder manifestar sus creencias? ¿Por qué exigen que se adoctrine a los niños sin posibilidad de defenderse en los colegios e institutos? Dime de qué presumes y te diré lo que te falta.
Las religiones tuvieron su utilidad en el pasado, ya sea explicando sucesos naturales que el

hombre no podía explicar, ya sea dándole esperanza a la hora de encarar la muerte. Por suerte la ciencia avanza y demuestra que los sucesos naturales tienen explicación y que tras la muerte casi de fijo no hay nada. ¿Por qué siguen existiendo las religiones si han perdido su utilidad? Porque el pueblo es fácilmente manipulable y los líderes religiosos se han acostumbrado a ganarse el pan con el sudor de vuestra frente. Por eso no pueden ceder un ápice. Luchan denodadamente para que todo siga igual, sin evolución alguna. Porque eso supondría un peligro para su estilo de vida corrupto. Los creyentes me dan lástima y a la vez me inspiran desprecio. Son peones en el ajedrez de obispos, cardenales, mullahs, imanes, santurrones, bramahnes, dalai lamas y demás parásitos sociales. Los creyentes pagan su diezmo, se inmolan y actúan de fuerza de choque por ignorancia, por una vulgar promesa de vida tras la muerte. Aceptan estúpideces como verdades absolutas y desdeñan hechos demostrados si no se ajustan a su visión del mundo. Los creyentes más obcecados suponen un cáncer para la sociedad y dificultan el avance y el progeso, y si queréis ejemplos, ahí tenéis la caterva de idiotas que pregonan el creacionismo. Esa gente no debería tener ni voz ni voto (ni posibilidad de salir a la calle, todo sea dicho).
Sinceramente, las religiones y aquellos que las siguen, ya sean creyentes-borregos o líderes religiosos-vampiros chupasangres, deben ser erradicadas. Al menos mientras sean tan hipócritas, intolerantes e injustas. Obligarles a adaptarse a los tiempos que corren. Renovarse o morir. Porque el principal peligro de una religión es que se basa en una creencia. Y es muy difícil cambiar las creencias. Si se basaran en ideas, otro gallo cantaría. Pero para basar una religión en una idea se necesita de raciocinio e inteligencia, y sinceramente, personas que adoran a un carpintero muerto hace más de 2000 años, deben andar muy faltas de ello.
PD: para los creyentes, haceros un favor y leed esto anda. Es por vuestra salud mental. http://es.wikipedia.org/wiki/Pastafarismo
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