Esta es la opinión de los liberales, de aquellos que consideran a Estados Unidos como luz y faro de Occidente, paladín de los valores cristianos. Menuda panda de hipócritas. Hoy, con vuestro permiso, me gustaría impartir una pequeña clase de historia. Remontémonos a los años 40, los años de la Segunda Guerra Mundial. Todos sabemos qué ocurrió en la Alemania de la época (el movimiento sionista se ha encargado de ello). Entiendo que los judíos de la época, viendo lo que había ocurrido, quisieran un estado para ellos mismos. Es comprensible. Lo que no es comprensible es que quisieran un trozo de desierto que no da ni para plantar patatas. Dios, propietario de los terrenos, había dicho hace 3000 años (año arriba, año abajo) que esa tierra era para los judíos. Por lo tanto, esa tierra había sido de los judíos en los tiempos de Maricastaña y debía serles devuelta. Nosotros como españoles deberíamos reclamar también Marruecos, y ya puestos Flandes y Portugal, que formaron parte en su momento de la corona española. Y los ingleses que reclamen sus colonias americanas (nada del Hail to the Chief, volvamos al God save the Queen); y los italianos que reclamen toda Europa, o al menos lo que fuera el antiguo Imperio Romano. El caso es que Palestina era un protectorado británico desde los tiempos de la Primera Guerra Mundial. En el año 1947 se aprobó la partición de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío (es curioso, pero en la India hicieron tres cuartos de lo mismo, creando un estado árabe y otro hindú, Pakistán e India respectivamente, y la cosa tampoco les salió muy bien). Esta es la versión oficial. Lo que no os cuentan es que existían grupos extremistas y terroristas judíos. Exigían su estado como hoy lo hacen ETA o los grupos yihadistas. Y no, esto no es un invento de los neonazis o de los negacionistas o de los antisemitas. Por ejemplo, en el año 1946, en julio para ser más exactos, en el hotel Rey David de Jerusalén, sede de la administración civil y militar británica, se perpetró una matanza que le costó la vida a noventa y una personas, entre ellas británicos, árabes y judíos. Matanza perpetrada por Menachem Begin, futuro primer ministro de Israel y hoy día considerado uno de los héroes judíos por antonomasia. Para mí Israel ha perdido todo el derecho moral a criticar acciones terroristas de cualquier tipo, habida cuenta de que hoy por hoy recurre al terrorismo de estado y la fundación del país se asienta en como mínimo noventa y un cadáveres.
Los judíos, a trancas y barrancas, tuvieron un pedacito de tierra

Así pues llegamos a nuestros días. Hemos visto cómo el estado de Israel fue fundado de una forma un tanto oscura y, ¿por qué no decirlo?, moralmente discutible. Y para subsistir, los dirigentes judíos siguen recurriendo a tácticas moralmente no ya discutibles, sino reprobables. Los guetos hoy día no están en Varsovia, ni en ninguna otra ciudad polaca o alemana, sino que se encuentran en Gaza y ya no están habitados por judíos, sino por palestinos. El gobierno israelí les corta el suministro de agua o luz para doblegarlos, demuele sus hogares y casas, mata a los inocentes junto a los culpables. Por lo visto la memoria histórica judía es muy selectiva, porque no recuerdan lo que ocurrió hace 60 años pero sí lo que les dijo un ente celestial inexistente hace 3000. Es normal que un pueblo expulsado de su hogar, al que se explota y maltrata, quiera defenderse. Con piedras, porque no hay otra cosa. Y cuando los únicos que miran por sus intereses son grupos de terroristas, ¿a quién creéis que apoyará el pueblo? ¿Por eso merecen ser exterminados? ¿Por querer justicia por todos los medios?

Por suerte existen ciudadanos israelíes que están en contra de esta injusticia. No podemos decir a la ligera "qué cabrones son los judíos" porque entre ellos hay mucha gente decente. En más de una ocasión se han convocado multitudinarias manifestaciones en apoyo a Palestina por parte de ciudadanos israelíes. Qué pena que luego sigan siendo elegidos como dirigentes ultraortodoxos (recordad, cuando se gobierna con la religión por delante, mal vamos) o a sionistas recalcitrantes (el egoísmo por bandera). Qué pena que se haya llegado a un punto de no retorno. Porque hoy por hoy, la única solución viable tras tantos años de odio y violencia es la erradicación de uno de los dos grupos. Los árabes tienen parte de razón de su lado. Pero Israel cuenta con la fuerza y el derecho a veto de su marioneta americana en las Naciones Unidas. Tal vez este status quo sea el definitivo. Es posible que se estén masacrando unos a otros para siempre y eso se convierta en el estado normal de las cosas. Es lo que ocurre cuando ambos bandos, en lugar de tener un estado de derecho, se guían por la Ley del Talión. Ojo por ojo, y todos quedarán ciegos.